El plagio, la atribución del trabajo o ideas de otra persona como propias, está a la orden del día. Una cosa es que todos tengamos influencias y "copiemos" técnicas o estilos, porque hay poco que inventar aunque mucho que reinventar. Usamos el trabajo de otros como base de nuestra experimentación y como inspiración, incluso nuestro trabajo anterior nos sirve para ello. Pero eso es una cosa y otra la copia burda y clara.
Es lo que ha pasado en el concurso de carteles de las Fiestas del Otoño de Lleida con un plagio denunciado, una novedad dentro de este joven certamen, pero para nada raro en el ámbito general de los concursos. Al ver el diseño ganador, de Eva Martínez Fernández, me di cuenta del bajo nivel de mis propuestas de este año y que mejoraré en siguientes oportunidades: me pareció una gran idea, fresca y emotiva por el uso de recortes superpuestos de cartón y cartulina. Un cartel que llama la atención y que, a priori, puede gustar. A mí me gusta.
Pues desgraciadamente se ha destapado que es un plagio. Quizás tenga algún toque especial como mostrar La Seu Vella de Lleida, pero el estilo, las nubes, las raíces y las casas delatan su procedencia del estudio italiano llamado BomboLand. También tiene algún fallo en las banderolas con el texto que puede apreciarse al verlo a su tamaño real y que cantan mucho en consonancia a todo lo demás.
El premio le ha sido retirado a la ganadora y en estos días decidirán un nuevo ganador. En esta ocasión, les ha dado tiempo a pararlo todo pero en otras ocasiones suele ser tarde y el material ya se encuentra impreso y distribuido y suelen aparecer demandas legales por medio. Aparte de hundir la carrera de cualquier profesional al que se le pille, como es el caso de esta chica asturiana. Por otro lado, me ha permitido conocer a Bomboland y su trabajo. Igual se merecen que se hable de su trabajo de ilustración o tipografía y no por ser plagiados.
