lunes, 13 de junio de 2011

12 maneras de vender nuestros diseños


Ganar no siempre es fácil. Aunque pensamos que el abanico y el mercado para el diseño gráfico es casi ilimitado, la parte difícil de este trabajo es venderlo.

Las empresas de servicios tienen a la figura del comercial para ello, personas que entienden y comprenden mejor que nadie el mercado. Pero casi todos nosotros tenemos que hacerlo por nosotros mismos y se nos da bastante mejor crear contenidos gráficos que venderlos.

Esta es una pequeña guía con 12 consejos que nos ayudarán a todos a vender mejor nuestra obra a nuestros clientes. Originalmente escrita en inglés en NaldzGraphics pero que tienes traducida a continuación (pero no literalmente):



1. Conocer y comprender a nuestro cliente


Siempre que hagas una presentación, deberías conocer primeramente a tu cliente y su gusto. Tal vez al principio sea una secretaria o un coordinador quién tratará contigo, así que puedes pedirle información sobre esto sin ser demasiado evidentes.

Trata de entender y comprender mejor a la persona que tomará la decisión final sobre el diseño.




2. considera algunas de las instrucciones del cliente


Podrías pedir a la persona que primeramente te habló de ciertos diseños que les gusta o que les gustaría que el diseño plasmase. Pide la gama de colores que quieren usar y el tipo de impacto que buscan dar en su audiencia.

Igualmente podrían hacerte sugerencias. Así que tenlas en cuenta, pero pon un toque de diseñador en ellas.




3. Ten buenas ideas y conceptos


Claro está, no querrás perder el tiempo diseñando algo que sea rechazado. Seguramente intentarás dar lo máximo. Así que asegúrate de que el concepto de tu diseño se adapta a las preferencias de tu cliente.




4. Haz diseños visualmente atractivos


Los buenos diseños impactan en tan solo una mirada. A los diseñadores gráficos se nos contrata para realizar trabajos con un fuerte impacto visual y que sean agradables y atractivos.

Así que no hagas diseños en que se puede confundir lo que se ve o lo que se comunica.




5. Muestra solo tus mejores diseños


A muchos clientes les gusta elegir entre los trabajos que hayas realizado anteriormente. En realidad es aconsejable dar al cliente 2 o 3 bocetos, ya que este estará encantado de que le demos opciones y que estemos dispuestos a ajustarnos a lo que nos piden.

Pero en la presentación que les hagas, asegúrate que muestras lo mejor que hayas hecho. No incluyas aquellos en los que no confíes.





6. Ten una buena justificación para tus diseños


Después de hacer tus diseños, muéstraselos a tus clientes y explícales por qué lo hicistes así. Impresiona si eres capaz de explicar bien tu trabajo a tus clientes. Y es que debe haber una buena razón para todo lo que has puesto ahí.




7. Aprende a defender tus diseños


A veces, tu cliente podría no estar de acuerdo con tu trabajo final y te hará sugerencias que estropearán el diseño. En realidad es algo que ocurre siempre. Y te pedirán cosas que no te gustaran. Así que todo lo que deberías hacer es defender tu diseño explicándolo de buenas maneras.

Pero no vayas a la defensiva. Pondrás en entredicho tu profesionalidad si se ve demasiado evidente que insistes en que lo que has hecho está bien. Recuerda que aunque tu cliente sea un completo ignorante en cuanto a diseño se merece un completo respeto.


8. Se paciente con tus clientes


Algunos clientes son atroces e irritantes. Algunos constantemente quieren hacer cambios en el diseño y, los menos, incluso te pedirán que lo rehagas. Podrían hacer tantos comentarios y sugerencias que estarías tentado a huir por los Pirineos. Pero no vayas a hacer tal cosa. Hay que ser pacientes. Algunos clientes tomaran esto en medida de tu figura como diseñador.

Y si ser paciente daña tu orgullo, quizás deberías buscarte otra profesión.



9. Pide compartir observaciones con tu cliente


En la presentación de tus diseños pide siempre a tu cliente su opinión y observaciones a fin de poder hacer exactamente lo que él nos pide. Esto te ayudará a hacer mejor tu trabajo.

Sus comentarios y sugerencias son importantísimas.




10. No engordar el precio (demasiado)


Desde que nos ganamos la vida con esto estamos tentados a engordar la cifra del trabajo que nos piden nuestros cliente. Sin embargo, hay que asegurarse de que el precio es correcto. No des tarifas más altas. Yo añadiría que, al menos, no las des mucho más altas. Que siempre tiramos un poco por arriba por aquello de que el trabajo es siempre mayor al previsto.

Algunos diseñadores, incluso, explican a sus clientes porqué están pidiendo ese precio. Así que asegúrate de discutir este punto con tus clientes antes de continuar con su trabajo. Además, habrá que explicar y comentar posibles cargos adicionales antes del inicio del proyecto para que no hayas problemas si aparecen (tener que subcontratar a un ilustrador, pagar derechos por imágenes, crear un nuevo logotipo para algún servicio...)..




11. Acabar los trabajos siempre a tiempo (o antes)


Los diseñadores tenemos que ser consciente del plazo de nuestros diseños ya que el cliente lo necesitará para un propósito y tiempo concretos. Siempre es aconsejable acabarlo antes del vencimiento de ese plazo para poder maniobrar ante correcciones (que las habrá). Hay que ser puntuales a la hora de entregar un trabajo a nuestros cliente, como diseñadores que somos.




12. Sugerir un buen plan de producción


Después de acabar nuestro trabajo y tener el diseño aprobado, podemos ayudar a nuestros clientes sugeriéndoles mejores formas de producción y de ejecución. Nuestros clientes quedarán impresionados de que sepamos de todo lo referente al diseño y que nos beneficiará tanto a él como a nosotros. Debemos ser verdaderos profesionales del diseño.

Habilidades de marketing y el tener nociones de comunicación (lengua comercial) nos ayudará a vender nuestros diseños sin problemas. En realidad, éste es un proceso autodidacta y que aprendemos con la experiencia en el tiempo del trato con nuestros clientes. Hay que tener en cuenta que nuestro principal objetivo es siempre dar el mejor diseño a nuestro cliente y que, por ello, cobremos nuestro honorario justo después.

¡Hay que dar siempre lo mejor de nosotros!

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